Huellas de la Memoria Universitaria


La muestra “Las Huellas de la Memoria Universitaria” fue montada en el Centro Cultural Virla, en Marzo de 2024 a 48 años del Golpe Militar.

Impulsada por la Secretaría de Extensión Universitaria, la Secretaría General y el Archivo Histórico, se instaló un recorrido histórico/documental sobre la intervención de la Dictadura cívico-militar en la UNT y sus efectos represivos sobre los estamentos docentes, no docentes, estudiantes y egresados.

La muestra destaca eventos significativos vinculados a los comedores universitarios, el personal cesanteado, las luchas de resistencia y políticas de reparación a víctimas del Terrorismo de Estado.

Participaron el Colectivo de Arqueología Memoria e Identidad de Tucumán (CAMIT) y el Laboratorio de Investigación Grupo Interdisciplinario de Arqueología y Antropología de Tucumán (LIGIAAT) quienes actuaron en la recuperación de identidades de detenidos desaparecidos, especialmente en el Pozo de Vargas y el Arsenal Miguel de Azcuénaga.


La Universidad Intervenida

Desde Marzo de 1974, la Universidad Nacional de Tucumán fue intervenida militarmente. Su comunidad representada en los cuatro estamentos de docentes, no docentes, estudiantes y egresados, sufrió persecuciones, cesantías, secuestro, desapariciones, conculcaciones de derechos y cierres de los espacios de representación democrática, entre otras afectaciones.

Algunas vulneraciones de derechos se venían produciendo desde el 9 de febrero de 1975 con el inicio del Operativo Independencia.

Tras el Golpe Militar, la Dictadura procuró mediante el uso de la propaganda legitimar la intervención junto a la persecución política dentro del ámbito universitario, creando la imagen de un poderoso enemigo al que había que combatir.

El esquema represivo se profundizó con el Servicio de Vigilancia y Seguridad que funcionaba en el edificio del Rectorado, desde el cual la intervención contó con una herramienta eficaz de persecución funcional al régimen.


Revisión del pasado dictatorial en 40 años de Democracia

Esta galería da cuenta de las distintas respuestas de la comunidad organizada en los años que siguieron a la transición democrática, a las acciones represivas de la dictadura.

Algunas de esas intervenciones implicaron la restitución de personal cesanteado, la conformación de una comisión de Derechos Humanos en el ámbito del Honorable Consejo Superior y la elaboración de un informe sobre lo acontecido en el ámbito universitario conocido como el “informe Rovetta”.

También se registra la publicación de solicitadas en la prensa, la colocación de memoriales en el ámbito universitario y la participación de los cuatro estamentos en actividades vinculadas a las exigencias de Memoria, Verdad y Justicia.

Por último, se agregan actividades como la inauguración de un Bosque de la Memoria en el Parque Sierras de San Javier, la reapertura de los comedores universitarios y el proceso de reparación y entrega de legajos a familiares de víctimas de la dictadura, entre otras acciones.


La defensa de los comedores durante los "Tucumanazos"

Entre 1966 y 1973, la Argentina vivió una dictadura militar que afectó de manera particular a la estructura social, económica, política y cultural de Tucumán.

En ese contexto, las Universidades fueron intervenidas y se instaló el rumor del cierre de comedores y residencias.  Ante el intento de clausura de esos espacios, los estudiantes en consonancia con otras demandas de trabajadores de la UNT y de los ingenios azucareros cerrados, enfrentaron a los dictadores en lo que se conoció como los Tucumanazos en 1969, 1970 y 1972.

Muchos de los estudiantes que participaron de aquellas protestas sociales o que se vincularon a los comedores en los años subsiguientes, fueron objeto de persecución por la Dictadura de 1976.

Algunos pudieron exiliarse, pero otros fueron secuestrados ilegalmente, detenidos y desaparecidos. Recuperar estas memorias nos permite comprender el alcance que tuvo la represión contra toda la comunidad universitaria


Reapertura de comedores, reparación histórica

En agosto de 2013 el movimiento estudiantil de las Facultades ubicadas en el Centro Prebisch inició acciones para solicitar la rápida intervención frente a casos por violencia de género.

Allí también se reclamó la reapertura de comedores universitarios cerrados en 1976, a instancias de la intervención militar en la UNT.

Este espacio, vital para la continuidad del cursado de estudiantes, era una demanda que había acompañado al movimiento estudiantil en la transición democrática, recuperando además la memoria de los Tucumanazos y de las luchas de estudiantes detenidos/desaparecidos por la dictadura cívico-militar.

Esta agenda fue escuchada y las autoridades impulsaron la reapertura del Comedor, con una sede en el Centro Prebisch y otra en el Centro Herrera. La Universidad comenzaba a saldar una vieja deuda que tuvo un recorrido histórico desde los años 70´ a nuestros días.


Arqueología Forense y Universidad

Una aproximación científica a las materialidades y consecuencias del Terrorismo de Estado fue posible gracias al aporte profesional del Colectivo de Arqueología, Memoria e Identidad de Tucumán (CAMIT), y del Laboratorio de Investigaciones Grupo Interdisciplinario de Arqueología y Antropología de Tucumán (LIGIAAT).

Sus trabajos dieron cuenta de la dinámica del genocidio en Tucumán, de las trayectorias de las víctimas, de sus secuestros, lugares de cautiverio, asesinatos y enterramientos clandestinos.

Como la intervención forense en el Pozo de Vargas, donde el CAMIT recuperó e identificó los restos de más de un centenar de personas. El colectivo científico -integrado por agresados, egresadas y estudiantes de la Carrera de Arqueología de la Facultad de Ciencias Naturales e Instituto M. Lillo (UNT)- pudo establecer que del total identificado, un 35% correspondía a miembros de la comunidad universitaria.

También deben añadirse las tareas del LIGIAAT -de la Facultad de Ciencias Naturales e Instituto Miguel Lillo- sobre el Centro Clandestino de Detención, Tortura y Exterminio (CCDTyE) que funcionó en el predio del Ex Arsenal Miguel de Azcuénaga. Su investigación y hallazgos (click Infografía) junto con otros equipos forenses arrojaron valiosas pruebas de los crímenes cometidos en este lugar.